1/1/2025 - 31/12/2028
El escenario contemporáneo presenta una serie de dimensiones concurrentes y conflictivas que resultan pertinentes para (re)pensar los alcances de las prácticas y políticas de memoria que tuvieron lugar desde la recuperación democrática en 1983. La asunción de Javier Milei como presidente de la Nación se produjo en el marco de los 40 años de normalización institucional y bajo su gestión tendrán lugar una serie de efemérides caras a la agenda de reconocimiento de los derechos humanos: los 40 años del informe Nunca Más (CONADEP, 1984), el Juicio a las Juntas Militares (1985) y los 50 años del último golpe militar contra un régimen constitucional (1976). Estos escenarios solapados, que suceden bajo un gobierno que recupera la ?teoría de los dos demonios? e impulsa diversos negacionismos con la premisa de legitimar a organizaciones y activistas que promueven la ?memoria completa?, resultan una invitación a problematizar el carácter cambiante de los ciclos de recordación del pasado dictatorial. Si bien la memoria acerca de la dictadura militar ha ido mutando a lo largo de esta cuarentena de años, el último ciclo en torno a su abordaje se caracterizó por la confluencia -no siempre armoniosa ni consensual- de actores y organizaciones de la sociedad civil y agencias estatales que promovieron un amplio conjunto de prácticas y políticas condenatorias y reparatorias de las violaciones a los derechos humanos sucedidas bajo el último régimen militar.Dada esta coyuntura, el presente proyecto se propone: en primer lugar, realizar una actualización bibliográfica y conceptual en torno a los estudios sobre las memorias y la Historia Reciente. En segundo lugar, realizar un relevamiento de las prácticas y las políticas de memoria desplegadas por múltiples actores en estos 40 años desde la recuperación democrática. En tercer término, indagar las trayectorias públicas de actores y organizaciones emblemáticas que estuvieron dedicadas a transmitir una narrativa en torno al pasado dictatorial, así como de aquellas otras que estuvieron marginalizadas del canon consagrado. Se tendrá en cuenta el carácter dispar de la distribución de legitimidad de los diferentes actores a la hora de recordar el pasado. En cuarto lugar, realizar estas tareas teniendo en cuenta las múltiples escalas: local, regional, nacional e internacional. Finalmente, identificar los rasgos cambiantes en torno de las prácticas y políticas de memoria según los ámbitos de intervención, sean tradicionales o digitales.