1/1/2018 - 31/12/2022
Enmarcado en el PLAN ARGENTINA INNOVADORA 2020 busca resolver dos problemas críticos del sector energético que causan importantes pérdidas materiales: la corrosión y el biodeterioro de sus estructuras. Su integridad en plantas de generación, almacenamiento y transporte de energía se ve afectada por procesos de corrosión debidos a agentes agresivos del medio ambiente, de biodeterioro por el crecimiento de micro- y/o macro-fouling y/o por la acción de agentes atmosféricos. El objetivo general es desarrollar resistentes esquemas de pintado para la protección anticorrosiva, el control del biodeterioro y la protección antiincrustante de materiales estructurales utilizados en la construcción de plantas generadoras y almacenamiento de energía y en tendidos para su transporte. Se realizará un abordaje integral del problema de durabilidad en sistemas asociados con el factor energético a fin de minimizar pérdidas económicas y de vidas humanas. En primer lugar se diagnosticarán los procesos de corrosión y biodeterioro en estructuras de interés (tomas de agua, torres, cañerías, maquinaria, tanques de almacenamiento, etc.). A partir de procesos tecnológicos limpios se buscará diseñar y formular nuevos recubrimientos alternativos amigables con el medio ambiente capaces de sustituir a los productos anticorrosivos que contienen compuestos altamente contaminantes como Cr(VI) y pinturas base solventes aromáticos. La caracterización de aquéllos y la evaluación de su capacidad para soportar diferentes condiciones de exposición, ya sea como películas libres o aplicadas sobre distintos sustratos (metálicos, plásticos, madera), se realizará utilizando técnicas ópticas y/o ensayos biológicos y/o fisicoquímicos normalizados (naturales o acelerados) y/o electroquímicos con corriente continua y/o alterna. Por otro lado, se buscará desarrollar recubrimientos selectivos solares para mejorar el rendimiento de los colectores empleados. Finalmente, los resultados obtenidos contribuirán tanto a preservar el medio ambiente y mejorar la calidad de vida de las comunidades como también la relación costo/beneficio de los productos desarrollados y del tratamiento de efluentes, aspectos todos de gran interés industrial y, por ende, capaces de generar posibilidades ciertas de transferir tecnologías limpias no sólo al sector energético sino también a otros sectores industriales del país afectados por la misma problemática.