1/1/2025 - 31/12/2028
La facilidad de acceso a las redes sociales ha impulsado un aumento de las expresiones públicas que promueven, incitan o legitiman la discriminación, deshumanización y la violencia hacia individuos o grupos por su pertenencia a una categoría social. Los medios de comunicación y redes sociales juegan un papel decisivo en la amplificación y viralización de estos discursos de odio (DDO), aprovechando el anonimato y las "cámaras de eco" que agrupan a individuos con ideas similares. Los DDO profundizan las divisiones sociales, fomentando un clima de intolerancia que puede llevar a acciones violentas y discriminatorias. Además, provocan efectos psicológicos significativos en las víctimas, quienes suelen experimentar altos niveles de estrés, ansiedad y otros problemas de salud mental. El odio, la empatía y las emociones morales juegan un papel en la aceptación o rechazo de los DDO. El odio es una emoción destructiva, caracterizada por una aversión intensa y sostenida hacia una persona o grupo, y suele originarse por experiencias personales o colectivas que alimentan un sentimiento de injusticia, victimización o amenaza. La empatía, definida como la capacidad de comprender y compartir los sentimientos de otros, abarca componentes emocionales y cognitivos que permiten a las personas ponerse en el lugar de los demás y facilitan la cooperación e inhibición de comportamientos agresivos. Por otro lado, las emociones morales, como la culpa y la vergüenza, son respuestas emocionales complejas que surgen de la evaluación del yo en relación con criterios de conducta adecuada. Son esenciales para la regulación del comportamiento social y moral e influyen en la percepción y respuesta a situaciones sociales, promoviendo conductas prosociales y evitando transgresiones. Comprender la interacción entre el odio, la empatía y las emociones morales es fundamental para abordar los DDO y desarrollar intervenciones que promuevan la cohesión social y reduzcan la propagación de estos discursos. La empatía puede actuar como un amortiguador contra el odio, promoviendo respuestas prosociales, mientras que su ausencia puede exacerbar la propagación de DDO. Las emociones morales, dependiendo de cómo se experimenten y manejen, pueden moderar o potenciar estos discursos, influyendo significativamente en cómo las personas responden a los DDO y cómo estos se propagan en la sociedad.