1/1/2024 - 31/12/2027
El hueso es un tejido dinámico que está constantemente remodelándose para mantener un esqueleto sano, capaz de desarrollar eficientemente sus funciones. El remodelado involucra un equilibrio dinámico entre la resorción y formación de nuevo hueso. Ciertas condiciones patológicas provocan un desbalance en este equilibrio dando lugar a serios desórdenes en ese tejido. Las enfermedades musculo-esqueléticas o desórdenes como la artritis, la osteoporosis, tumores de hueso, entre otros, disminuyen la calidad de vida y el desempeño físico de las personas y pueden resultar en fracturas importantes con altos costos de tratamiento médico y serios problemas clínicos como infecciones intrahospitalarias y mala repuesta inmune. Estas enfermedades afectan a millones de personas y su tratamiento terapéutico posee un costo económico de cientos de billones de dólares al año. En Argentina, según datos de la Fundación Internacional de Osteoporosis (IOF) de América Latina del 2013, una de cada tres mujeres mayores de 50 años sufre de osteoporosis. La administración oral o en bolo de fármacos para las enfermedades óseas requiere de altas dosis para alcanzar concentraciones efectivas en ese tejido. Las altas concentraciones de fármacos en sangre requeridas para que cumplan su función en el sitio adecuado suele provocar efectos secundarios adversos en otros órganos y tejidos. Un aspecto importante, general a todos los tratamientos de los desórdenes del tejido óseo, es la optimización del acceso de los fármacos al sitio de ocurrencia del desorden y el mantenimiento de sus niveles de concentración por sobre el mínimo efectivo sin alcanzar niveles tóxicos. La administración local de drogas en los sitios enfermos posee numerosas ventajas terapéuticas como mayor eficiencia y tolerancia y menor toxicidad en tejidos sanos comparada con tratamientos sistémicos y en bolo. La aplicación de fármacos in situ para enfermedades y desórdenes del tejido óseo es un campo de activa investigación e interés. En este proyecto se propone el diseño de vehículos para el reparto de fármacos en el tejido óseo dañado por afecciones como la osteoporosis y las fracturas. Los nanovehículos estarán dirigidos a: (i) reducir la pérdida de masa ósea en enfermedades como la osteoporosis; (ii) mejorar las fases osteoinductivas y osteoconductivas de la reparación ósea. Adicionalmente, los vehículos serán bioabsorbibles en el tiempo en que se forme naturalmente nuevo hueso y su disolución servirá para estos fines.